TRANSCOMUNICACION Y PSICOIMAGENES

La comunicación entre seres humanos y entidades que no pertenecen a este plano de existencia físico donde nos desenvolvemos no es, contra lo que pudiera pensarse, algo reciente ni un fenómeno manifestado en sesiones de espiritismo.

Respecto a la comunicación con los habitantes del mas allá existen muchas referencias históricas de contactos entre hombres y espíritus, pese a la negación de aquellos que desde distintas líneas religiosas alzan su voz en contra de lo que entienden como algo sumamente peligroso para los fieles y creyentes del común denominador, quedando así en muchos casos reservados tales derechos solo para sacerdotes y jerarcas religiosos.

Pero lo cierto de todo esto es que la adivinación por consulta a los muertos, ciencia llamada necromancia, está presente entre los hombres desde los tiempos más remotos y esto se ve reflejado en los escritos de todas las grandes religiones donde se hacen referencias muy concretas al respecto. Como ejemplo de lo dicho podemos hablar hechos como los expresados en las Sagradas Escrituras (Primer Libro de Reyes Cap.28, Versículos 3 al 25), ocurridos unos mil años antes del nacimiento de Jesús, donde Saúl siendo rey de Israel y profundamente aterrado por el poderío de los Filisteos rompe con la Ley de Moisés que “prohibía” el contacto con los muertos por medio de la evocación. Pese a dicha prohibición, el rey Saúl en forma totalmente clandestina, pide consulta a la Maga de Endor para que esta lo ponga en contacto con el espíritu del recientemente fallecido Samuel; dicen las Escrituras que el espíritu del difunto se elevo de la tierra envuelto en su manto diciendo a Saúl: ¿Por qué has perturbado mi reposo evocándome?.

En Corintios Capitulo XII, Versiculo10, el mismo San Pablo hace referencia “al don del discernimiento de espíritus", el cual no es concedido a todos los seres humanos por igual. Así mismo, la creencia del contacto con seres ya fallecidos se ve expresada en hechos históricos registrados, como ser: “la charla de Tertuliano, dentro del Senado Romano, con mesas que giraban en el aire, situación ocurrida unos doscientos años antes del nacimiento de Jesús. Por otra parte está la antigua costumbre Egipcia de pedir a sus muertos sueños premonitorios, tal como lo expresan los papiros del “Louvre” y de “Leida”. 

Lo importante de todo esto, como ya se hizo referencia, es que la profunda convicción sobre el contacto con quienes ya partieron a otro plano de existencia es algo admitido por todas las civilizaciones antiguas del planeta desde hace milenios, claro está que para Occidente ha quedado velado al público en general durante mucho tiempo mediante la prohibición de las estructuras inquisidoras que preveían para tales blasfemas la pena de muerte. Recién cuando comienza a producirse el despertar de lo que se conoce como ciencias ocultas, la sociedad occidental comienza a tomar conciencia y a darle interés a tan fascinante tema, siendo al científico Sueco Emmanuelle Swedenborg, nacido en Estocolmo en 1688 quien diera el puntapié inicial para comenzar con la investigación.

Este gran hombre de ciencia, brilló en su tiempo como físico, astrónomo y matemático inventor del sistema decimal, súbitamente en el año 1743 cuando contaba con la edad de cincuenta cinco años abandonó toda su actividad dentro del campo de la ciencia asegurando que el mismo Dios le había encomendado una importantísima y sagrada misión. Desde entonces Swedenborg comienza a escribir varios tratados que, según él, les eran transmitidos por los ángeles como también por espíritus de difuntos con los que él trataba cotidianamente. De esta manera escribió libros que trataban sobre los mundos invisibles de los que da una descripción precisa y detallada de su conformación como también sobre el fin del mundo y el nacimiento de una nueva Religión Universal, a la que veía descripta en el Apocalipsis como la Nueva Jerusalén.

La fama de aquel hombre fue de carácter internacional gracias a sus obras escritas. Pese al gran cambio que realizó en su vida dejando la “ciencia” por los “espíritus” su prestigio no decayó ni siquiera con la propia Reina puesto a que sus predicciones a corto plazo fueron escalofriantemente exactas y verificables, entre las que se incluyó la fecha de su propia muerte (29/02/1772).

Además de ser el precursor del espiritismo moderno, a lo que él llamaba PNEUMATOLOGIA, también se lo considera como uno de los antecesores del hipnotismo, ya que para lograr contactarse con el mundo espiritual recurría a técnicas de autohipnosis con lo cual podía facilitar sus videncias.

LAS HERMANAS FOX

Unos años más adelante, precisamente en el mes de diciembre del año 1847, ocurre un hecho muy importante que hace que la creencia de comunicación con los muertos tome un auge impresionante a escala mundial por intermedio de lo que desde ese momento se conoció como Espiritismo. En una granja ubicada en el pueblo de Hydesville (Nueva York), dos jóvenes hermanas llamadas Margaret y Kate Fox, comenzaron a tener ciertos contactos con el espíritu de un hombre que decía haber sido asesinado en el lugar y que su cuerpo estaba enterrado en el sótano de la casa. El espíritu contestaba a las preguntas de las niñas de una manera muy simple: un golpe para responder positivamente y dos golpes para las respuestas negativas, produciéndose así un fenómeno que en la investigación parapsicológica se conoce como raps. A medida que los contactos se fueron haciendo más profundos se estableció una especie de código Morse en el que a cada letra le correspondía una determinada cantidad de golpes.

Pese a que en los sótanos de la casa se encontraron restos humanos enterrados, nunca se pudo establecer realmente si pertenecían estos al supuesto espíritu que se comunicaba con las niñas; pero a pesar de todas las dudas y de los ataques de los religiosos del lugar esta forma de contacto con él mas allá se extendió rápidamente por todo el país conociéndose a este movimiento como Espiritualismo Moderno.

En este naciente movimiento comenzaron a integrarse cantidades de personas de todos los estratos sociales y culturales contándose así entre sus filas a médicos, jueces, políticos e intelectuales, en síntesis personas que por cuya capacidad intelectual no eran fácilmente sugestionables. Fue tan importante este movimiento que al propio Senado Norteamericano llega en el año 1852 una petición para investigar el “fenómeno de mesas parlantes” respaldado por 14000 firmas. Esto es lo que llevo a que el Espiritismo alcanzara su mayor auge y que, apenas cinco años después del primer contacto de las hermanas Fox con el fantasma que habitaba en la granja, se organizara el primer Congreso Internacional Espiritista de la historia en la ciudad de Cleveland y que en apenas dos años más se registraran unos “diez mil médium” más de “tres millones de seguidores” y 22 publicaciones en todo el país especializadas en el tema.

FORMAS DE COMUNICACION

Desde aquel primer contacto en forma de golpes, en principio para contestar por si o por no y que luego se hizo un tanto más complejo mediante la aceptación de un código por el cual se permitía reemplazar cada letra del alfabeto por una cantidad determinada de golpes, a lo que en la jerga fenoménica se lo conoce como Tiptología, los métodos de comunicación se fueron ampliando. Los estudiosos e investigadores del tema, llegaron a la conclusión que los espíritus necesitaban de mucha energía para mantener una conversación más larga y fluida por lo que se decidió que era mejor aunar las energías de los presentes tomándose de las manos por los dedos meñiques, conformando así alrededor de la mesa una cadena humana que funcionaría como una especie de “batería o acumulador energético” que permitía que el espíritu se recargara en su esfuerzo comunicativo.

En estas condiciones se podía lograr un mejor contacto con las entidades del más allá, naciendo así el concepto de mesas parlantes. Una vez conectado el espíritu la mesa comenzaba a elevarse del suelo y por intermedio de la cantidad de golpes producidos con sus patas en el piso indicaba sus respuestas. 

TABLA OUIJA

Más adelante se lograría simplificar el método de contacto mediante la utilización de la tabla OUIJA similar a o lo que comúnmente se denomina el juego de la copa, que por cierto de juego no tiene nada. Dicho sistema se compone de un circulo con todas las letras del abecedario, los números del 0 al 9 y una serie de palabras completas, como ser: SI, NO, MAÑANA, TAL VEZ, etc., a los que se suman los días de la semana y los meses del año. Los participantes, dispuestos en grupos de cuatro o seis personas, se disponen alrededor de una mesa colocando sus dedos índices sobre la base de la copa que se encuentra en el centro del circulo boca abajo.

Una vez preparados se comienza a hacer preguntas para que algún espíritu las conteste. Muchos investigadores escépticos han quedado sumamente sorprendidos por los resultados de las practicas ya que pudieron comprobar que no sólo el "espíritu" contesta las preguntas que se hacen en voz alta sino que también lo hacen con las que se formulan mentalmente, lo que deja de lado la posibilidad que alguno o algunos de los presentes mueva la copa voluntariamente. Suceden cosas extrañas cuando se hacen este tipo de prácticas, más allá de que las predicciones realizadas por los espíritus invocados por lo general se cumplen.

Grupos de personas muy asiduos a este tipo de práctica comentan que muchas veces se encuentran con el resto de los integrantes en algún lugar no determinado previamente, es como si algo invisible los reuniera inconscientemente para obligarlos a conectarse mediante la Tabla Ouija. Es conocido lo sucedido a un grupo de investigación que súbitamente durante el transcurso de la practica se contactan con el espíritu de Behetoven que les dijo que “los estaba esperando abajo”. La curiosidad de los presentes hizo que decidieran salir a la calle y en el momento en que llaman al ascensor, este se desploma estrellándose estrepitosamente contra el fondo del pozo.

LOS MEDIUM

Son muchas las personas que poseen ciertas dotes desarrolladas naturalmente, como por ejemplo el poder de concentración y una sensibilidad extrema, con lo que pueden actuar como canales de aquellos espíritus que buscan contactarse con los vivos y dar sus mensajes. A estos dotados se les conoce con el nombre de Médium, es decir, intermediarios entre el mundo de lo espiritual y el mundo físico.

Dentro de lo que se conoce como contacto mediúnico podemos observar dos posibilidades siendo una de ellas la que el dotado, utilizando su poder de concentración y sensibilidad, ingresa en un semi trance a través de la utilización de diversos métodos con los que alcanza un estado modificado de la conciencia.

De tal forma se produce un contacto telepático con el espíritu siendo el médium el que expresa con su voz o por medio de la escritura, lo que percibe de la entidad. La segunda forma de contacto mediúnico es la que el médium entra en un estado de trance total donde el espíritu se manifiesta directamente por la voz del operador para dar su mensaje. En este caso es muy común que el médium se exprese con otro timbre de voz muy distinto al propio e inclusive que hable, si es hombre, con la voz de una mujer y viceversa.

Desde la óptica espiritista esto se explica cómo que el espíritu del operador que oficia de médium se aparta para dar lugar a que se manifieste el espíritu invocado, es decir, como una especie de incorporación momentánea. Otras veces en cambio se producen fenómenos ectoplasmaticos, es decir, que el espíritu se hace visible materializándose ante los ojos de los presentes tomando una forma similar a la estructura de un cuerpo. Hay que agregar que los fenómenos de aparición o fantasmogenesis pueden producirse en otras situaciones que no estén relacionadas a una sesión espirita.

Se han registrado muchos casos en los que súbitamente se produjeron manifestaciones fantasmagóricas con el fin de advertir sobre determinadas catástrofes o para pedir que se los ayude a encontrar la paz.

ESCRITURA AUTOMATICA

El fenómeno de la escritura automática esta también muy ligado a la comunicación con los espíritus y en este caso también se observan dos formas distintas de manifestación:

1) En el primer caso, la persona que quiere hacer la comunicación, entra en un estado de relax frente a una mesa en la que previamente ha colocado hojas de papel en blanco y en su mano un lápiz o lapicera. De esta manera comienza a escribir en forma inconsciente todo lo que el espíritu dice hasta que deja el cuerpo del médium, que en ningún momento es consciente de lo que sucede ya que se encuentra en un estado modificado de conciencia.

2) Otro método menos conocido, pero que en los últimos años ha proliferado, es el que el operador, sentado frente a una mesa en la que se colocan papeles en blanco y la lapicera solamente apoyada en su mano, ingresa mediante técnicas especiales en un estado de semi inconsciencia. Una vez listo el médium percibe cerca de sí una presencia seguido de una sensación de calor muy fuerte en la cabeza que desciende por la columna vertebral produciendo esto un hormigueo general en el cuerpo pero que es más notable en el brazo donde tiene la lapicera llegando inclusive a ponerse extremadamente rígido.

En muchos casos el mismo operador comprueba que por más que quiera sujetar la lapicera, esta se desliza sola por el papel. Por lo general en principio, cuando el operador no está muy entrenado, solo aparecen algunos dibujos o símbolos e inclusive simples trazos sin sentido aparente. Cuando se trata de operadores experimentados en el tema los mensajes son completos y la letra con la que se manifiestan es totalmente diferente a la de la persona que hace de canal con los espíritus.
En este tipo de experimentos lo más sorprendente es que el médium se encuentra prácticamente consciente pero solo conoce lo que su propia mano está escribiendo.

Se han realizado experimentos al respecto, colocando papel y una lapicera dentro de una vitrina transparente completamente sellada y esta a su vez puesta dentro de un armario cerrado con llave. Al cabo de un tiempo y para el asombro de los investigadores, aparecen mensajes escritos de espíritus que quieren contactarse con el mundo de los vivos.